domingo, 19 de octubre de 2014


                            La revolución

La revolución es un cambio de poder. De poder económico, político y social. Se extiende con el tiempo a lo que Marx llamaba súperestructura. El poder judicial, la policía, la religión y el club de bochas.
Como una piedra en el agua, los cambios se extienden lentamente, pero las ondas producidas abarcan a cada vez más agua, y de una manera más profunda.
A manera de ejemplo, aunque ni siquiera hablamos de una revolución al menos comunista, los cambios peronistas en el ’45 y demás años dieron como resultado que en la familia de mi mujer y en la mía, los primeros egresados de la Universidad se recibieran alrededor de los ‘70s.
Los que nacían en aquélla época. Por eso los cambios, o, para ampliar el término, las revoluciones, deberán pasar al menos un recambio de generación para saber si eran buenas o malas.
Los que ahora apuestan a volver atrás el reloj, los que no ven la revolución, los que siguen el mandato del imperio de acabar con el desafío sudamericano, digo ió:
Ya no se acuerdan más de lo que les pasó después del ’55? La rebelión joven que tuvieron que enfrentar?
Digo, los que ahora apuntan a una revolución por face, entienden los conceptos anteriores?
A ver, para ponerlo en blanco y negro, cuántos piquetes se animan a enfrentar antes de que caiga el próximo gobierno, si ganan ustedes?.

Y cuánto tiempo se animan a aguantar, sabiendo que en veinte años se viene el huracán?

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